Os voy a hablar de una serie bastante compleja, hasta el punto que a mí me costó dos intentos verla.
Antes os tengo que contar un fenómeno que me está sucediendo, y es que cuando veo algunas series lo hago con la tablet encima mientras reviso Twitter, o las rss de noticias, o cualquier otra cosa. Es divertido y en muchas ocasiones extraigo más información de lo que estoy viendo a medida que lo hago, pero claro, esto no se puede hacer con todas las series porque tu atención no es la misma que cuando estás totalmente dedicado a ello. Series que se merezcan este degradante tratamiento son por ejemplo Supernatural, que ya se ha convertido en un engaño para el espectador en su doceava temporada (Sí, 12!!!), o la aburrida 2 Broke Girls, que finalmente abandoné.
Tengo que reconocer que esta serie hubo un momento que comencé a verla de este modo y eso fue un tremendo error, pues requiere concentración plena. Cuando te pierdes detalles importantes vas perdiendo interés hasta que finalmente te deja de importar toda la trama y terminas abandonándola. Así que tras leer la noticia de que la serie había sido renovada, me decidí a darle una segunda oportunidad, ahora sin tablet ni nada. Y la cosa cambia.
Como os digo, la serie es difícil. Nos cuenta la historia de una estación de la CIA en Berlín y asistimos al trabajo habitual de los que allí residen. Ya se intuyen las relaciones personales, el tipo de trabajo bastante peculiar, las luchas por el poder, pero la estación tiene un problema bastante grave: alguien llamado Thomas Shaw está filtrando documentos a la prensa al estilo Snowden (peli que por cierto tengo bastantes ganas de ver). A la estación acaba de llegar un nuevo agente recomendado desde la central en Langley y pretende desenmascarar a Shaw, aunque claro, no va a ser tan sencillo como se esperaba.
La serie está bastante bien hecha, con diálogos muy interesantes e intensos. Mientras luchan contra las filtraciones, tienen otro tipo de trabajos entre los que se encuentran por supuesto las operaciones antiterroristas. Se van alternando las situaciones y las escenas y hace que sea más variada la temática, lo cual se agradece. Los temas son actuales y las referencias también: aluden a Merkel, las crisis de los refugiados, asuntos de actualidad. Todo ello contribuye a dotar a la trama de un halo de autenticidad interesante. Van a ser 10 episodios esta primera temporada y como os comentaba, ya ha sido renovada. Vamos por el octavo.
Está siendo una alegría esta serie y me alegro de haberla recuperado, así como hice con Travelers, la serie sobre viajeros en el tiempo que tuvo un comienzo sensacional y luego se fue apagando. Decidí retomarla y me alegro mucho de haberlo hecho. Posiblemente le haga entrada.
Así como también se la tengo que hacer a otra sorpresa, Good Behavior, sorprendente serie sobre una estafadora profesional que acaba de salir de la cárcel que es “reclutada” forzosamente por ni más ni menos que con un sorprendentemente maduro y con un perfecto inglés, Juan Diego Botto, un asesino a sueldo. Sus caminos se juntan, y ya os contaré más cosas sobre ella.
Otra que no apunta mal es Shooter, de la que solo he visto 3 episodios y acaban de emitir el cuarto. Es la misma historia que la peli del mismo nombre, un marine francotirador de élite que se ve incriminado en un asesinato que no ha cometido. No me atraía mucho, pero la estoy viendo y de momento me gusta.
Bueno, estas son las novedades, pero parece que vienen más. Tengo muchas ganas de terminar The Exorcist para hablar más de ella. A ver si no lo echan a perder.
Gracias por leerme!!!
Sé el primero en comentar