La fuga de los 23 millones de dólares. Esto es lo que dicen que costó el desaguisado organizado por Richard Matt y David Sweat, convictos de la prisión de máxima seguridad Dannemora, ubicada en el condado de Clinton dentro del estado de Nueva York, en 2015. Para ello, se valieron de la inestimable ayuda de una trabajadora de la prisión, Tilly Mitchell, con la que se supone que tuvieron una relación inapropiada en la cárcel.
Esto nos lo cuenta en modo miniserie ni más ni menos que Ben Stiller, cuya faceta de director está teniendo unos éxitos muy aplaudidos, como la preciosa “La vida secreta de Walter Mitty”, la inclasificable “Tropic Thunder” o las hilarantes Zoolander (mejor la primera, claro). Es un actor que no a todos gusta (mis compañeros de Grupo Salvaje lo odian visceralmente, los muy insensatos), pero como productor ahora mismo tiene 6 proyectos reconocidos en la IMDB para 2019 y ya está trabajando en su siguiente serie de la que solo se sabe el nombre, “Super sad true love”.
Stiller ha sabido rodearse de actores que particularmente están viviendo un buen momento, como Paul Dano (Sweat) y Benicio del Toro (Matt). Interpretan a personas incultas, que han tenido una vida complicada. Asistimos a sus dramas personales y cómo cada uno de ellos lidia de un modo distinto con la vida carcelaria. A Matt le gusta pintar, y de ese modo obtiene ciertos beneficios que le confieren un status ligeramente superior a los demás, sobre todo respecto a un funcionario de prisiones con el que tiene una cercana relación. Sin embargo Sweat prefiere estar tranquilo, no molestar y que no le molesten, aunque no siempre lo consigue.
Dano siempre ha sido un tipo peculiar, debido en buena parte a su aspecto bohemio y además le ha gustado participar en proyectos de cine independiente, teniendo la suerte de haber estado en varias películas de culto, como Little Miss Sunshine. Además, recientemente también ha dirigido una película, Wildlife, estrenada en octubre de este año 2018 ya pasado, y me han entrado unas ganas tremendas de verla.
Por su parte, Del Toro no es que me entusiasme como actor pero aquí hace bien su papel de tipo desagradable, básicamente porque no habrá tenido que fingir nada. Aun así lo hace bien, y resalta.
Pero la mejor es Patricia Arquette, y ojo que están apuntando que puede ser el papel de su carrera. Totalmente irreconocible con muchos kilos de más, desarrolla a la perfección esta mujer desagradable, malhumorada, malencarada, ignorante. Una joya de mujer y una joya de papel que ha interpretado a la perfección. Por cierto, Tilly Mitchell, el personaje real, se ha quejado abiertamente de Ben Stiller y de la interpretación que hacen de ella, pues siempre ha negado cualquier contacto sexual con ninguno de los dos presos, mientras que la serie muestra precisamente lo contrario.
Ben Stiller decidió emitir los episodios semanalmente (bravo Ben!!) y esto ha ayudado a la trama, se ha hecho muy cómoda de ver. El último episodio fue doble, pasando la hora y media, pero tan emocionante que se hizo breve. No puedo más que recomendar encarecidamente esta serie, que pasó directamente a ser de lo mejor de 2018, aunque a mí no me gusta hacer listas, únicamente en la radio.
Bueno, esperemos que este 2019 sea más fructífero en cuanto a entradas.
Saludos y gracias por leerme!
Sé el primero en comentar