Espectáculo de purpurina
GLOW (Gorgeous Ladies of Wrestling) es una serie que directamente no llama la atención. Esa portada llena de purpurina, esos colores tan vivos y esa ranciedad ochentera que destila no invita precisamente a verla, pero si al final te decides a hacerlo, te encuentras con una de las maravillas del año, y ahora os voy a contar por qué.
La historia es sencilla. Un grupo de mujeres con diversos problemas económicos acaban embarcándose en una aventura que les llevará a meterse en el hasta entonces dominado por hombres mundo del wrestling, esa especie de lucha falsa que tanto fascina al público yanqui.
La actriz principal es Alison Brie, conocida principalmente por Community, serie sobre la que he hablado en varias ocasiones sobre un grupo de inadaptados que asisten a la Universidad Comunitaria de Greendale. En este caso interpreta a una actriz sin suerte, de las que van arrastrándose de casting en casting regalando exageradas interpretaciones. Termina en esta audición que busca luchadoras y donde tenemos uno de los mejores momentos de la serie, cuando ella intenta conseguir formar parte del proyecto haciendo exactamente lo mismo que hace en los castings, pero en un ring!!. Queda tan ridículo que ahí es cuando comprendes que Ruth, así se llama, es un personaje especial que transmite tristeza, desesperación, dulzura a partes iguales.
Toda la temporada Ruth intenta llevar sus dotes interpretativas al wrestling y convencer al director, una especie de Ed Wood moderno de serie Z, que intenta conseguir dinero para llevar a cabo una de sus películas con argumento estrambótico. Este personaje es también muy rico en matices, y su relación con Ruth es muy especial, siempre profesional. La química entre ellos es uno de los alicientes de la serie.
Y luego claro, tenemos las luchadoras, un elenco magnífico que abarca todas las razas y estereotipos posibles. Todas mujeres guerreras, con personalidad. Resulta muy gracioso cómo cada una inicia la búsqueda de su personaje. Todas lo consiguen, menos una, para mí la mejor secundaria; es una chica oscura, que se pinta media cara de negro, pero porque se siente así. Es la única que no interpreta nada, es un ser asocial pacífico. Una actuación muy contenida de Gayle Rankin, rubísima actriz que en nada se parece a este personaje y que no conocía mucho.
La serie mantiene su interés durante los 10 episodios, en los que subimos y bajamos en la montaña rusa de emociones que es Ruth y aprendemos a entenderla y respetarla. Y hablando de rusas, su disfraz de Zoya the Destroya es magnífico.
Pueden hacer segunda temporada o no. La historia que nos han contado me ha maravillado, y si viene más, vale, pero si no, también me quedo conforme, y con la seguridad de que Alison Brie va a ser tenida en cuenta para futuras producciones ahora que hemos visto de lo que es capaz.
En otro orden de cosas
El verano está resultando tranquilo. Algunas series han vuelto, como Preacher, que lo ha hecho precisamente a lo grande, con una segunda temporada mucho más emocionante e intensa que la primera. También ha vuelto The Strain, y si os soy sincero, no encuentro momento de ponerme a verla, me da muchísima pereza. Shooter es otra serie que vuelve con su segunda temporada, aunque me temo que este chicle no da para más.
Los que han vuelto frescos y renovados en su SÉPTIMA temporada son los abogados chulazos de Suits, actualmente la mejor serie de abogados para poder ver, en un claro ejemplo de renovación de tramas internas que dan muchísimo interés a lo que está por venir.
También tenemos estrenos, como Salvation, que nos cuenta la historia de un meteorito que va directo a destruir la tierra en 6 meses. Mucho estereotipo: el estudiante de la MIT, su profesor sabio secuestrado por los hombres de negro, el millonario que puede ser la esperanza, la CIA haciendo cosas de la CIA. Aun así, el primer episodio se deja ver.
Saludos, y gracias por leerme
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