Bueno, ya os dije que de vez en cuando hablaría de cine en este blog, y creo que ha llegado el momento. Gracias a las matinales de cine de Golem La Morea (que no acaben nunca), me estoy animando a ver más cine español. Y esto es un compromiso más por convicción que por otra cosa. Todos sabemos que es una lotería, además del tema de las subvenciones que ha lastrado esta industria desde hace años. Aun así, considero que está bien apoyar nuestro cine, por lo que ya fui a ver el otro día Perfectos Desconocidos, el remake de Alex de la Iglesia de la película de origen italiano. Por cierto, la original era un drama y el señor de la Iglesia se marca una comedia. Me gustó pero mira, aun me gustó más la italiana.
Siguiendo con el tema de los remakes, algo que no entenderé, porque mira que he criticado a los yanquis por hacer eso con todas las películas del resto del mundo que les gusta, me vi Sin Rodeos, la primera película de Santiago Segura tras la saga Torrente y basada en la película Sin Filtro, de origen chileno. Nos cuenta la historia de Paz, una mujer trabajadora que se autoconvence a si misma de que tiene una vida perfecta porque tiene pareja, trabajo y amigos. Todo empieza a cambiar cuando uno de esos pilares empieza a fallar, al imponerle en el trabajo una supervisora, mucho más joven, sin experiencia, una influencer youtuber (odio la palabra) dignamente interpretada por Cristina Pedroche. Por cierto, de esta última, su imdb ya muestra 8 trabajos.
Resulta que la vida de Paz no era tan perfecta, y el cambio en el trabajo va generando una serie de movimientos en cadena que convierten su vida en un infierno. Hay momentos en los que pienso que voy a ver una versión de la magnífica Un día de furia, pero los tiros van por otro sitio. No voy a contar lo que pasa, pero sí puedo decir que intervienen personajes que hacen unos secundarios buenísimos, como Toni Acosta, hermana loca de los gatos o Candela Peña, borde ricachona-mujer-con-tanque que no respeta nada. Paz está interpretada por una excepcional Maribel Verdú que está alcanzando una madurez personal e interpretativa excelente. No hay proyecto que haga que sea malo.
Me gustan las varias interpretaciones que se le puede hacer a la película. Por un lado, la falsa creencia de estabilidad y felicidad basada en unos pilares cuestionables, que en cuanto se mueven un poco desmoronan la precaria estabilidad en la que se basan. Sólo esta reflexión daría para mucho más debate y eso ya me parece interesante. Por otro lado, la lucha de la mujer por mantener su dignidad en un trabajo que se le complica o ante una pareja tóxica, un vampiro con hijo que lo único que hace es chupar del bote, es un buen ejemplo de la sociedad actual, donde las mujeres tienen que luchar más por mantener los mismos derechos, que simplemente no las traten peor, o les paguen menos, sino que sean consideradas iguales.La supervisora es femenina, pero el jefe es un ejemplo machista de primer grado que solo contrata mujeres guapísimas a las que les paga una basura. En este segundo punto parece que quiere incidir un Segura sorprendente, con una sensibilidad hasta ahora desconocida por mí, y me gusta.
Que sí, no han faltado las elucubraciones sangrientas de los típicos que han ido a degüello con un director que se ha arriesgado a cambiar de registro y no le perdonan todas la tonterías anteriores de Torrente. Para mí, ha hecho un excelente trabajo de director, en una película intensa, una película feminista que no llega a ser chabacana y sí, claro que tiene estereotipos y chistes fáciles, pero yo veo un trabajo evolutivo, veo unas buenas intenciones que aun pueden dar mucho más de sí.
Estuve toda la película con una sonrisa en la boca, y alguna carcajada fácil, y no le puedo pedir más a esta película. Hasta los cameos son buenos, como el de Florentino, que no hace de él, ni mete sus chistes habituales. Simplemente hace un papel muy simpático.
Saludos, y gracias por leerme
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