En ocasiones, las ideas más sencillas son las que mejor funcionan por múltiples razones. Estamos llegando a un punto de saturación, y cada vez tenemos que seleccionar las series que vemos con un criterio más estricto. Todos tenemos unas temáticas que nos atraen más que otras, e incluso vamos evolucionando nuestros gustos. Antes me veía todo lo relacionado con zombies, ahora no veo prácticamente ninguna de ese tema. Pero independientemente de nuestros gustos, sabemos que hay algunas series que no vamos a ver bajo ningún concepto.
Son las llamadas líneas rojas. Para mí son las series de médicos y todo lo relacionado con ellos, aunque últimamente he hecho alguna excepción, como con la maravillosa Dopesick. Hay quien las pone en los True Crime, no le gusta sufrir con recreaciones demasiado cercanas a la realidad. Por cierto, aquí tenemos discrepancia originada por Dahmer y por Candy. Ambas son series que reproducen unos hechos reales, pero en realidad son series, no son documentales con entrevistas a personas relacionadas, vídeos originales, etc… Es como cuando comienzas una película y te dice que está basada en hechos reales. Eso ha sucedido en infinidad de ocasiones pero, ¿eso son True Crimes?
En mi opinión no, el concepto true que acompaña la denominación te dice que lo que vas a ver es real, no es una recreación. Vas a ver imágenes de cámaras reales, entrevistas. Puede haber alguna escena que se filme pero siempre buscando que sea lo más real posible. Tanto en Candy, y por supuesto en Dahmer, asistimos a escenas que posiblemente no fueran así, y de ahí vienen muchas de las críticas de la serie, por cierto, de familiares y amigos de las víctimas que no ven bien reflejadas a esas personas. Incluso denuncian a Dahmer por sacar a la luz hechos demasiado dolorosos para los familiares de las víctimas, pero ésa es una reflexión en la que ahora prefiero no entrar.
A donde quiero llegar es que para mí son series sobre crímenes, como tantas otras, únicamente basadas en hechos reales, sin más.
Pero bueno, una vez explicado el asunto de las líneas rojas, quisiera volver sobre el inicio del artículo, las ideas sencillas, y por eso quiero hablaros de Wreck, de la BBC.
La premisa de la serie es bien sencilla. Un chaval se incorpora como tripulación en un crucero con la intención de descubrir qué le pasó a su hermana, que desapareció en el mismo crucero. Me gusta mucho el tono de la serie, desenfadado y lleno de guiños. Especialmente divertidas las escenas en que se incorporan los nuevos al barco, donde se les trata como si fuera un campamento militar, ellos los novatos.
El barco es una ciudad en pequeño. Tenemos los pisos superiores, donde está primera clase, lleno de lujos. Tenemos los oficiales, pequeños dictadores de las miniparcelas que regentan. Luego están los currelas, con sus problemas de agua fría y al final del todo están los filipinos, en ese submundo oscuro, sucio, lleno de peligros, donde se hacen tatuajes y todo parece muy peligroso.
La serie mezcla el humor, el thriller, el miedo e incluso pinceladas de gore, pero lo que más me gusta es su falta de pretensiones y su originalidad. Algo pasa en ese barco, algo chungo que encima muere gente.
Da cosica, el colega
No es que sea una de las series del año, para eso están The Old Man (Disney) o Inside Man (Netflix a finales de octubre), pero me lo he pasado muy bien viéndola y la recomiendo encarecidamente. Ha sido renovada por una segunda temporada que ya se encuentra en desarrollo y su idea es llegar hasta una tercera temporada.
Un saludo, y gracias por leerme
Sé el primero en comentar